Falleció Jorge Illueca. Más que la desaparición física de una figura política u hombre de leyes, se nos fue el representante de una generación de luchadores sociales que recogieron en su bregar los anhelos del pueblo panameño. Illueca irrumpió en el escenario nacional a principios de la década de 1940 formando parte de una juventud intelectual que levantó un proyecto de Nación con tres aristas muy concretas: Soberanía, desarrollo y democracia.
Illueca encabezó a los fundadores del Frente Patriótico de la Juventud que en 1944 sentaron los cimientos para ampliar la base social de la República y transformar radicalmente el país. En 1946 se abocó a hacer realidad una Constitución social, progresista y comprometida. En 1947 el Frente le dio forma a la resistencia victoriosa frente a EEUU que intentaba mantener bases militares a lo largo del Istmo. En 1951 el Frente se convirtió en partido político con el fin de transformar las bases económicas del país.
Posteriormente, Illueca se convertiría en el diplomático que llevaría al escenario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) las exigencias panameñas de poner fin a la presencia colonial de EEUU en el país. Durante casi 20 años, la voz de Illueca en ese foro mundial era la voz del pueblo panameño que demandaba una solución al problema colonial. Después de la firma de los Tratados del Canal Torrijos-Carter en 1977, Illueca ocupó la presidencia de la Asamblea General de la ONU (1983).
Illueca y el Frente Patriótico de la Juventud representan un escalón en esa lucha generacional que aún tiene muchas tareas por cumplir. Es una generación que nació al calor de las contradicciones de la nefasta alianza entre una clase de comerciantes istmeños y la potencia imperial norteamericana. El Frente unió las luchas populares de un pasado que se remonta al siglo XIX, con los retos de la segunda mitad del siglo XX. Sin duda, podría decirse que es la generación que más contribuyó a la conquista de nuestra plena soberanía con la desaparición de las estacas coloniales (Zona del Canal), la evacuación de las bases militares norteamericanas y el traspaso de la administración del Canal de Panamá. Es el ejemplo de esta generación en la cual militó ejemplarmente Illueca, que impulsó los actos heroicos de la juventud de enero de 1964 que sacrificó 23 vidas para hacer realidad nuestra soberanía sobre todo el territorio nacional.
La última entrega de la revista Tareas, que corresponde al número 140 (enero – abril de 2012) le rindió homenaje a Jorge Illueca. Según la revista que fundara Ricaurte Soler en 1960, “el político y jurista llenó las páginas de la historia panameña desde sus primeras incursiones en las movilizaciones populares de principios de la década de 1940... (Se destacó) como joven estudiante en las jornadas de luchas nacionalistas, pasando por la formación del Frente Patriótico de la Juventud, llegando a representar a Panamá en el frente diplomático que culminó con la erradicación de la colonia norteamericana incrustada en nuestro territorio”.
La lucha por la soberanía culminó, parcialmente, en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, como bien lo señalara Illueca, ese triunfo frente al gran imperio norteamericano no puede ser completo sin que se complemente con el desarrollo integral del país y la conquista de una verdadera democracia.
Illueca le dedicó las dos últimas décadas de su vida a luchar contra las políticas neoliberales impuestas sobre el país por los sectores rentistas que desde la invasión militar norteamericana a Panamá, en 1989, se ensañan en explotar irracionalmente nuestros recursos y se aprovechan de la posición geográfica del país. Illueca no descansó durante los debates en torno al proyecto de ampliación del Canal y demostró muchas veces que la propuesta fue diseñada para beneficiar a una pequeña oligarquía local y los grandes intereses que controlan las rutas marítimas comerciales.
El discurso de Illueca no cambió a lo largo de su agitada vida política. El discurso que pronunciara en el Congreso de la Juventud, que decidió convertir el Frente en partido político en 1950, tiene plena vigencia en 2012. El joven líder propuso, en esa ocasión, “recuperar los recursos humanos y naturales desperdiciados por las diferentes oligarquías de innegable contenido canalero. (Proponemos) un nuevo concepto de unidad nacional. Este concepto presupone el estudio integral de la República con miras a desarrollar planes tendientes a organizar nuestra Patria. Los panameños, tanto de la ciudad como del campo, tendremos una seguridad económica planificada, origen de un nuevo canon de libertad político-social”.
Illueca concebía un partido representativo del pueblo panameño a la cabeza de ese movimiento. Las palabras de Illueca, pronunciadas en 1950, sorprenden por su actualidad y validez a principios del siglo XXI: “Creemos que no hay actualmente un Ejecutivo serio participando en la dirección de los destinos nacionales... Consideramos que el Ejecutivo es incapaz de rectificaciones y de una labor técnica, sistematizada y estable en la administración pública... (Como consecuencia), es nuestro deber no sólo el de organizar un Partido con personalidad electoral, sino una fuerza dinámica, funcional, que mediante la acción popular en el juego democrático sirva de freno a los abusos, desmanes, excesos y arbitrariedades del gobernante presente”.
Panamá, 10 de mayo de 2012.
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